martes, 17 de agosto de 2010

Invernaderos revolucionan economía rural en oeste de China



Los campesinos de las áridas regiones occidentales de China están sacando provecho de sus ricos recursos solares para incrementar la producción agrícola.

En la región autónoma de la etnia hui de Ningxia, la mayor comunidad musulmana del país, los agricultores han construido invernaderos para cultivar ají, pepino y tomate durante todo el año.

Ma Junxian, del distrito de Pengyang, logró ingresos netos anuales cercanos a los 20.000 yuanes (2.941 dólares) cultivando apio, brócoli y ají en su invernadero de 667 metros cuadrados, lo que, dijo, supone diez veces el monto que usualmente ganaba a través del cultivo tradicional de patatas y coles, y que dependía en gran medida del clima.

El suministro de verduras y frutas siempre ha sido un problema en el oeste de China, donde el largo y riguroso invierno imposibilitan el crecimiento de muchos cultivos. Durante generaciones, las patatas y coles fueron los principales alimentos para los habitantes lugareños durante tres cuartas partes del año.

No obstante, la región dispone de más luz solar que otras partes del país. Sólo en Ningxia, la exposición promedio anual al sol está entre 2.250 y 3.100 horas, con una media diaria de hasta ocho horas.

Los invernaderos han revolucionado la economía rural. “Los campesinos ganan más y hay más platos en la mesa”, dijo Cheng Yushan, gerente de la Compañía de Desarrollo Agrícola Tianyu.

La firma ha establecido 80 invernaderos al borde del desierto para cultivar frutas y verduras.

“El clima seco y la abundancia de luz solar son ideales para el crecimiento de cultivos orgánicos y libres de contaminación”, afirmó Cheng, y agregó que “al tiempo que hay una intensa actividad fotosintética las pestes son escasas, y esto ayuda a minimizar el uso de fertilizantes y pesticidas”.

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