sábado, 7 de noviembre de 2009

En invernaderos: el tamaño sí importa

Al analizar la rentabilidad de las empresas con agricultura protegida, nos encontramos que los márgenes de utilidad son extremadamente sensibles a cada uno de los factores del costo de producción y, por consiguiente, es necesario establecer un tamaño de negocio que permita maximizar la economía de escala en toda la operación: adquisición de insumos, mano de obra, asesoría técnica, empaques, fletes y cobranza.
Hablando de los fletes, quienes están enfocados en la exportación de hortalizas saben que los gastos de cada embarque significan al menos 12% de los costos totales y que es necesario enviar contenedores completos y estibados convenientemente para que lleven su máxima capacidad volumétrica en las mejores condiciones posibles.





Para esto, las diversas cajas de empaque y los pallets están diseñados para ajustarse a las dimensiones estándar de las cajas de tráiler o contenedores para el transporte marítimo.
Por ejemplo: un contenedor o caja refrigerada estándar de 20 pies (6.1 metros de largo
x 2.44 metros de ancho
x 2.6 m alto), lleva regularmente 14.8 toneladas de tomates, distribuidas en 120 pallets, con 24 cajas de 5.15 kilogramos cada una; por lo tanto, para sostener un embarque cada tercer día, se requieren al menos seis hectáreas con rendimientos de 300 toneladas y 80% exportables por ciclo de 290 días.
De esta manera, se necesitan tres días para completar un contenedor, lo cual es aceptable, pues los tomates cosechados en los primeros dos días no maduran demasiado al permanecer en cámara fría y así el lote resulta casi homogéneo.
De lo contrario, existe el riesgo de que el receptor del embarque tenga que reempacar el producto por grados de maduración y que cargue al proveedor los costos incurridos en mano de obra, empaques y mermas.




Lo mismo ocurre para satisfacer el mercado nacional, aunque con otras características, pues aquí se manejan cajas o huacales con 18, 20 o 25 kilogramos, en autotransportes de seis, ocho o 10 toneladas.
Por lo anterior, en FIRA se han determinado las escalas viables para invernaderos y se viene apoyando su establecimiento, con el enfoque de que tengan la escala adecuada por sí mismos o en integración con otros, para satisfacer las demandas de los mercados internacionales y nacionales, con criterios de eficiencia y competitividad, porque, definitivamente, tratándose de agricultura protegida, el tamaño sí importa.

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