sábado, 7 de noviembre de 2009

Efecto Invernadero e Invernaderos



Mi sorpresa del día: los invernaderos no funcionan por “”. Dicho de otro modo, la base física del funcionamiento de un invernadero no tiene nada en común con el proceso por el que la atmósfera actúa como fuente de calor para el planeta Tierra. Esto, que quizá es obvio para un climatólogo, no es en absoluto evidente para un lego (me incluyo), aunque sepa algo de Física (me incluyo también).


El Sol emite radiación que calienta algo la atmósfera, pero sobre todo el suelo. Todo cuerpo cuya temperatura aumenta irradia energía (esto es la ), la mayor parte de la cual estará en forma de radiación infrarroja (por la aproximación de ); así es para la superficie terrestre. Resulta, ahora bien, que la atmósfera contiene gases que son opacos en infrarrojo: vapor de agua y dióxido de carbono. Estos gases absorben casi perfectamente la energía emitida por el suelo y la reciclan, aumentando de esta forma la temperatura del aire. Si este proceso no ocurriera, la temperatura media de la Tierra sería de -19 °C frente a los 14 °C actuales. 33 grados de diferencia que no son para tomar a broma, y que ocurren de forma completamente natural. Es el aumento de la concentración de gases opacos al infrarrojo lo que produce lo que se ha dado en llamar , no su mera existencia.
En un invernadero real, por contra, el proceso de calentamiento del aire no está determinado por la radiación, sino por la convección (o, más bien, por su falta). La luz solar calienta el suelo del invernadero como ya hemos visto, lo que tiende a calentar el aire sobre él. El aire caliente sube, y es lo que ocurriría de no ser porque las paredes y el techo del invernadero se lo impiden. No importa si el vidrio o el plástico comúnmente usados son opacos al infrarrojo o no (de hecho, el plástico es transparente): el invernadero mantendrá su interior caliente tan sólo porque el aire calentado por la radiación del suelo no puede escapar. Las pruebas: un invernadero realizado con materiales transparentes en el infrarrojo (se hizo el experimento con sal gema) mantiene su temperatura igual de bien. Abrid, por otro lado, un agujero en el techo; veréis cómo cae la temperatura.
Todo esto, explicado con mucho más detalle y rabioso celo científico, en la página Bad Greenhouse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario